Anuncios engañosos: no todo lo que brilla es oro…y no todo depa está ubicadísimo, es una ganga y es de “época”…

Por Abril Mulato

Hace como nueve años estaba bien aferrada a “vivir en la Roma goeei”. Después de dos años de trabajar hasta el sur y vivir en Atizapunk (Estado de México), echarme dos horas de ida y dos de regreso a mi casa de lunes a viernes ya no estaba nada chido. Llegaba de malas a todos lados y no tenía tiempo de hacer otra cosa que no fuera dormir y trabajar. Así que con todo el dolor de mi cora mexiquense decidí mudarme a la ciudad.

Antes de encontrar casa visité de todo. Cuartos de azotea, casas con extranjeros too cool for school, el depa de unos abuelitos, la casa donde había más gatos que personas y otro cuarto que estoy segura de que era el de los cachivaches.

Pero uno de los que más recuerdo lo vi anunciado en un papelito en una parada del metrobús. “Se renta habitación en amplio departamento de época en la Colonia Roma. Se comparte con dos roomies. El ambiente es relajado. $4.000 todo incluído”, decía el anuncio.

Llamé, pregunté si aceptaban mascotas y me dijeron que sí. Me dijeron que podía verlo ese mismo día y pues claro me emocioné. Mientras iba en camino me imaginé viviendo en un depa enorme y conviviendo “en un ambiente relajado” con mis perros y mis roomies en la sala de un  “depa de época”.

Pero nada de eso sucedió. Cuando llegué me di cuenta de que el anuncio era una vil mentira. En el lugar vivían dos roomies si, con otras tres que crasheaban tres veces a la semana. El depa no era de época, más bien se estaba cayendo y las paredes estaban a medio pintar con unas florecitas psicodélicas-reiveras bien pinchonas.

El que iba a ser mi cuarto, al igual que el departamento, no era amplio, era un espacio con muros de tablaroca en donde apenas cabía yo y una cama individual en donde jamás se iba a poder echar pasión por la escasa privacidad. Y el baño…el baño era una mentada de madre de la que nunca quiero volver a hablar. Todo mal.

“¿Entonces qué, te quedas?”, me preguntó  la que nunca fue mi roomie mientras le daba un trago a la caguama que amablemente compartió conmigo. Yo nomás me cagué de la risa, le di un trago a la chela, me inventé una excusa chafa y me fui.

Como ese hubo muchos anuncios engañosos que me topé en la calle y en internet y es que la banda no se tienta el corazón. De verdad. Las siguientes historias confirman que no todo es lo que parece y que no todo depa está ubicadísimo, es una ganga y de “época”.

El depa del guardia pasado de lanza

Estaba fuera de la Ciudad así que mi mamá se encargó de todo. Fue a ver el depa, habló con el representante del dueño y con el abogado, todo en orden y sumamente maravilloso (en la Cuauhtémoc. Llegó el día de firmar y pagar dos meses de depósito más el de renta corriente. Se hizo, recibimos las llaves y copia de mil documentos que habíamos pedido y revisado para acreditar propiedad. Llegamos al edificio y resulta que era fraude de un guardia que obviamente ya no estaba ahí pero le habían pedido que cuidara el depa. Muy creativo él, sacó una identificación falsa a nombre del rep del dueño y se hacía pasar por él. Después mi santa madre confesó que vio el anuncio pegado en un OXXO.

Este fue uno de los anuncios engañosos que más me dolió que no fuera cierto.

El que estaba adentro de una casa

Estaba buscando casa y encontré un departamento en la San Miguel. Cuando lo fui a ver resultó que estaba dentro de una casa no era un depa(lo cual nunca se especificaba en el anuncio). El lugar que era bastante reducido lo compartías con como 5-6 roomies, el baño era compartido y no había ventilación. Encima de todo por ser la colonia que era te pedían mil requisitos que era prácticamente imposible cumplir. Fue una pérdida de tiempo terrible

El que nunca existió

No es de terror, es de risa. Fue una broma que le salió muy bien a un@ listill@. Su anuncio engañoso decía: “Departamento en la Roma, bien ubicado, de dos o tres habitaciones (se puede cerrar una separación en la sala), sala de estar y cocina amplia. Tiene acceso a la azotea, $5000, trato directo con dueño. Interesados llamar al número o acudir a la dirección el jueves a partir de las cinco de la tarde.”

Intenté llamar, pero nunca respondieron al teléfono, aunque sí sonaba. Ese día que publicaron el anuncio era jueves. A las cinco de la tarde estábamos casi 50 personas en un cruce de calles, algunos recargados en los autos, otros escondidos en los postes, algunos haciendo tiempo en una tienda.

Todos mirábamos de reojo a la puerta con el número del anuncio como si el primero que entrara al llegar el dueño fuera el ganador que se iba a quedar con semejante ganga. Más o menos a la hora ya estábamos hablando entre todos sobre la manera en que nos habían visto la cara. Ahora buscábamos en las ventanas de los edificios a ver si el autor de la broma andaba asomado. Era demasiado bello para ser verdad.

El castillo de tablaroca

Otro ejemplo de anuncios engañosos: la única info decía que se rentaba habitación en tal zona la cual me quedaba perfecto para mi trabajo. La renta era ideal eran como 5.500 pesos más 500 si quería estacionamento. Contacté al anunciante, hice cita, fui a ver el depa que estaba ubicado en Polanco. Originalmente el departamento era de cuatro habitaciones, pero lo dividieron con tabla roca para hacer 8 habitaciones.

Al final los cuartos quedaban de 2×1. No había ventilación, (el departamento) tenía cuatro baños para ocho o 9 roomies, una cocina y rentaban el cuarto de servicio también, que inicialmente tenía su propio baño, pero también ese lo dividieron con tabla roca para que todos tuvieran acceso.

El que solo se veía bonito en fotos

Encontré uno a un par de cuadras del Monumento a la Revolución. En Ezequiel Montes, me parece, era a través de agencia. En las fotos en internet no se veía mal, decía que tenía tres habitaciones, closet para blancos, baño, cocina (sin cocina integral, solo tarja) por 6.500 pesos.

En las imágenes parecía ser de techos altos y muy espacioso, así que fui a verlo, pero cuando llegué el lugar no tenía nada que ver. El edificio tenía locales comerciales en la parte de abajo que daba la calle, en la entrada había un pasillo y pasabas por varios negocios para subir al piso donde estaba el depa. Al final del pasillo había unas escaleras y en el primer piso había más negocios, para subir al primer nivel y segundo (donde estaba el depa), eran escaleras tipo de servicio, de e fierro muy estrechas.

El departamento estaba hasta arriba del edificio, solo y muy maltratado. El piso parecía el de un patio, disparejo y muy descuidado. Las habitaciones no tenían clóset y no era de techos altos. El clóset para blancos era muy chiquito y el baño también estaba en muy mal estado.

Esta es mi triste experiencia con anuncios engañosos. ¿Has tenido alguna? ¡Cuéntanos!