¿Cómo es vivir con roomies que son pareja? Puede que cuiden de ti o que te corran de la casa. Nunca se sabe…

Por Abril Mulato

Van a pensar que yo me invento las historias, pero la realidad es que “los caminos de la vidaaa” (léase con voz de Vicentico) me han llevado a mudarme tantas veces y a vivir con tantas personas que sí, también he vivido con parejas. De hecho con cuatro. Con tres de ellas viví brevemente, pero con la pareja No. 4 viví un año entero y puedo decir que fue de las mejores cosas que me pudieron pasar.

Me había mudado a un departamento enorme, vacío, frío y oscuro al que solo le entraba luz dos horas en el día y así, igualito que el depa, estaba yo (excepto por lo de enorme). No tenía ni una semana ahí y justo cuando estaba empezando a planear la fuga, mi amigo Juan y su novia Evka llegaron a mi casa y me propusieron convertirse en mis roomies.

Al principio tenía mis dudas y pensaba: “¿Qué chingados voy a hacer cuando estén acá on fire y yo esté metida en mi cuarto obscuro toda soltera?”, pero el compartir gastos (obvio) y el no llegar a una casa sola me convencieron. 

Y qué bueno. Nunca voy a olvidar la primera vez que Evka me dijo: “Ya vi que no estás comiendo. Tienes que comer. Si quieres yo cocino para ti también”. Casi lloro, la neta. O cuando me echaba mis chelitas con Juan y hacíamos playlists de películas que nos gustaban mucho (quedaban horribles).

Era divertido y –fuera de la vez que llegué borracha con mis compas escandalosos y los desperté a las 4 am– nunca se enojaron conmigo. Mis roomies eran lo más. Son lo más. Por eso una de las cosas más difíciles que me tocó hacer fue decirles que necesitaba vivir sola y de cierta forma separarnos. No hubo problema, pero sí fue triste. 

Yo creo que tuve muy buena suerte, pero lo de siempre: no todas las historias son iguales. Te platico algunas enseñanzas que tuve después de vivir con roomies que son pareja.

Te terminas volviendo parte de la relación quieras o no

Toño, de 36 años, también vivió con una pareja y su historia dista mucho de ser feliz. “Vivimos juntos casi un año. En principio me mudé con mi mejor amiga y ya después llegó el energúmeno. Accedí por la amistad y por compartir la renta, pero hubo muchas situaciones complicadas”, relata el periodista. 

Las peleas constantes que tenían sus roomies entre ellos y las exigencias de uno u otro hacia Toño hacían más difíciles las cosas. “Ambos o me amaban o me odiaban. A una le preocupaban las quejas de los vecinos por las fiestas y al otro que lavara los platos”, señala. 

Toño considera que la única ventaja de vivir con una pareja es que se divide la renta entre más, porque de ahí en fuera es súmamente complicado. “Uno se vuelve parte de la relación, quiéranlo o no los tres involucrados”, dice. “Al final me terminaron corriendo de la casa y mi amiga y yo dejamos de hablarnos un tiempo”.

Es como si fueran tus papás

Tania, project manager de 29 años, vivió con otra pareja durante dos años y asegura que lo hizo porque son sus mejores amigos. “A ella la conocí en la universidad y él era su roommate antes de ser su novio, luego fue su amigo y luego ya todos éramos familia”, comenta. 

De acuerdo con la profesionista, la única situación complicada que en ocasiones se daba era cuando sus amigos se peleaban por tonterías. “Yo me iba a mi happy place (o sea, no les hacía caso) y listo. Los tres nos llevábamos muy bien”, cuenta Tania.

Tania se imagina que vivir con una pareja que no conoces debe ser horrible, pero que si son tus amigos puede ser una muy buena experiencia. “Ambos cuidaron de mí cuando más necesitaba. Era como si fueran papás”, dice. “Ahora ya no vivimos juntos porque van a ser papás, pero seguimos siendo excelentes amigos”

¿Pero la pasas bien?

A pesar de los malos ratos y de las peleas, Toño asegura que gran parte de los momentos que vivió con sus roomies fueron buenos. “Compartíamos la mayoría de las reuniones y salidas. Eran tertulias extremadamente amorosas que terminaban al amanecer y durante un buen tiempo hubo un apoyo constante de parte de los dos”, señala el periodista. 

Por su parte, Tania dice que disfrutó mucho vivir con ellos. “Me gustaba escuchar vinilos juntos, ir al cine, ver The office y comer cheese cake cuando estábamos muy tristes o muy felices”, recuerda.

Toño asegura que para vivir con una pareja lo mejor que puedes hacer es redactar un reglamento y que lo firmen los tres. Tania agrega que lo más recomendable es que tengan cosas en común, pero sobretodo que se quieran mucho. 

Lo cierto es que vivir con parejas no siempre es fácil y además, a veces te toca ser el roomie soltero y a veces eres parte de la pareja disfuncional, such is life. Lo importante es pasarla bien y que si las cosas no están fluyendo corten por lo sano. Créanme, se evitarán muchas mala copas y conatos de violencia como los que Toño (el roomie soltero) y yo (la entonces novia del energúmeno) vivimos en su momento. LOL.

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