Estamos conscientes de que cada persona tiene un estilo y ritmo de vida distinto, sin embargo, aunque te parezca súper cómodo seguir viviendo con tus papás a tus 30 años ¡te estás perdiendo muchas buenas experiencias! Aquí 5 cosas que te ayudarán a cambiar de opinión:

Privacidad. Puede ser que tus papás sean súper alivianados, que tu casa sea enorme, que a tu cuarto nadie se meta… ¡No te engañes! Aún no has probado las mieles de la independencia y probablemente este sea un buen momento para hacerlo. Tu pareja sin duda te lo agradecerá

Convivencia familiar. Si sigues viviendo en casa de tus papás las comidas familiares tal vez ya no sean opcionales; no te vas a salir de tu casa cada que vayan tus tíos, dude! no tienes 15 años (sino el doble). Sin embargo una vez que estás lejos, verás que pueden ser hasta agradables cuando tu tienes el poder de decisión, en cuánto tiempo estarás de visita, qué día, etc. En fin, verás a todos con más gusto

Comida. Todos extrañamos la comida casera al salirnos de casa, pero te aseguramos que disfrutarás muchísimo poder elegir que comerás o no comerás esta semana, prepararlo, invitar amigos, etc.

Indirectas. Tus papás probablemente también ya creen que es hora de que vueles del nido; sin embargo no se atreverán a correrte. Si sientes que te están echando indirectas ¡no se los hagas más difícil! Toma la iniciativa y ponte a buscar roomie ¡ya!

Dinero. Es cierto que es complicado pagar una renta, servicios y todo lo que un hogar implica. Y chance le des a tu mamá una cooperación económica, pero eso no se compara con lo que tendrás que enfrentar en algún momento: pagar servicios, cocinar, lavar ropa, limpiar la casa, etc. ¡Mejor ahora! Y recuerda que compartiendo depa con alguien todos los gastos y responsabilidades se reducen al menos a la mitad 😉

Hotel mamá siempre será un lugar feliz al que podrás volver, sin embargo no hay satisfacción mayor que el tener un espacio propio, hacerte cargo de ti mismo y que absolutamente todo sea a tu gusto. ¡Inténtalo! No te arrepentirás.