Hace ya 6 meses decidí volar lejos del nido, le dije adiós a mis papás,

a la ropa recién lavada,

al refrigerador que mágicamente siempre estaba lleno de comida…

a la luz, el agua, y el gas gratuito…

y decidí decirle hola a convivir diario con mi novio, sus roomies y sus mascotas…

Tomar esa decisión no me costó tanto trabajo; vivir a casi dos horas de la escuela y del trabajo, el clima bipolar de la ciudad que vuelve loca a la gente y detiene el tráfico, la inseguridad en el transporte público y los altos precios del pasaje, son cosas que estaban haciendo que perdiera mi fe en la humanidad.

Después de un par de pláticas, mi novio me recibió en el departamento que estaba rentando con otros tres roomies en la Narvarte, el cual incluía un perro educado llamado Porfirio y un gato salvaje cuyo nombre desconozco.

Al principio parecía una completa locura, convivir con extraños, compartir la cocina, tener horarios para el baño y una que otra vez quedarme fuera del depa, porque obviamente me tarde varias semanas en sacar un juego de llaves.

Luego, la ansiedad de tener que hacerme responsable de mi misma, pagar el alquiler de cada mes, los gastos de limpieza, comida, las enfermedades sorpresa, y demás….

Pero con el paso del tiempo, me he dado cuenta que ha sido lo mejor decisión que he podido haber tomado. El simple hecho de poder irme a bici al trabajo, de no lidiar con el tráfico y de tener tiempo para poder hacer LO QUE QUIERO (o lo que puedo con mi presupuesto) es hermoso.

Además, la verdad es que convivir con personas tan diferentes a mí (incluyendo al perrito y al gato), es bastante divertido….

Y he aprendido que, no importa que tan diferentes sean las personas en cuanto a gustos o estilo de vida, mientras exista respeto y se cumplan ciertas reglas de convivencia, vivir con roomies puede ser una de las mejores experiencias de vida <3

Ariana es nuestra diseñadora estrella en Dada Room, para echarle un ojo a su trabajo la puedes seguir en sus redes sociales.