Es triste, pero de la noche a la mañana te convertiste en tus papás

Por: Victoria Soto

Cuántas veces no deseaste comenzar a vivir solo, ser autosuficiente, tener tu propio espacio y disponer de él a tu antojo. Ahora que lo has logrado disfrutas de tu logro y te sientes orgulloso; algunos días todo marcha bien, pero en algunas ocasiones, aparece el miedo, el estrés y las preocupaciones.

Y es que vivir con tus papás sin duda era – si no lo mejor- algo más fácil: menos quehaceres, menos complicaciones y sobre todo menos responsabilidades.

La idea de vivir solo era como ese deseo que los niños tienen por convertirse en mayores; se aproxima una aventura pero repleta de retos y algunas apuraciones.

¿Cuáles son esas cosas que antes de vivir solo te tenían sin cuidado? Aquí te dejamos un listado que quizá te deje un poco nostálgico.

  1. Hacer de comer. Desde que sales del trabajo comienzas a pensar en lo que tienes en el refrigerador y en lo que puedes preparate al llegar a casa. Cuando vivías con tu mamá ella se aseguraba de tener un guisadito -siempre uno distinto- para que cenaras rico mientras tomabas un descanso.
  2. Estar al pendiente de los pagos. Una vez que comienza el mes, tu cabeza se convierte en calendario, tienes presente tus gastos y las fechas de cada pago. Antes tu papá era el que tenía todo al corriente, luz, mantenimiento y muchos otros gastos. Ahora sabes que pasarte en las fechas, puede salirte caro.
  3. Quedar desempleado. Ahora que estás en el mood autosuficiente, valoras y cuidas más tu trabajo. Antes de pagar renta, podías darte el lujo de perderlo y tener unos días para reemplazarlo, ahora todo ha cambiado.
  4. Gastar de más. Una vez que comienzas a administrar tu dulce hogar, te das cuenta de los gastos innecesarios que debes recortar. Recuerdas a tu madrecita sabia gritándote ¡Si no usas la luz apágala! ¡No gastes tanta agua! o diciéndote que no compres en el súper cosas innecesarias.
  5. Estar atento a los detalles. Sales de casa repasando las cosas que no debes olvidar: Las llaves, apagar la estufa, desconectar aparatos, regar las plantas, dejarle su comida al Michi y un sin fin de puntos que no puedes olvidar. Y es que si antes olvidabas alguno sabías que en casa había alguien más para ayudarte y jamás pasaba a más.
  6. Ordenar tu espacio. Quizá no eras cochino (a) en la casa de tus papás, pero desde que vives solo tienes que estar más al pendiente del orden y la limpieza en tu casa o depa. Ya sea por salud mental o por aparentar ante tus visitas lo bien que te va como adulto independiente, siempre estarás atento a los días en que te toca lavar, trapear y planchar.