Cuando éramos pequeños e inocentes, teníamos una concepción de la vida de adulto que se construyó viendo a los adultos que estaban a nuestro alrededor o a los que veíamos en la televisión, por eso crecer y darnos cuenta que es otra onda bien distinta y de la que nadie te advierte causa un shock tremendo.

Seguramente recuerdas ver a los adultos en la tele cuando eras chiquito y pensabas que cuando fueras grande, ibas a ser así y que solo bastaba con cumplir más años para poder lograrlo. Ven a dar un paseo por esos mitos de la vida de adulto que desearíamos fueran verdad.

Mitos de la vida de adulto: #1 Que te ibas a independizar totalmente a los 18

Aunque no hay quien lo intenta y además logra cumplirlo con mucho esfuerzo (desde aquí les aplaudimos, merecen abundancia), muchos crecimos con la ilusión de que a los 18 seríamos libres del yugo de nuestros padres, principalmente por regaños como: Cuando tengas 18 años te vas a mandar solo. 

Pero cumpliste 18 años y no lograste ser independiente como para mandarte solo (cof cof dinero dinero), así que tus papás te cambiaron la frase por: Mientras yo te siga dando de comer. Si tus papás ya no te dan ni un quinto (ni tuppers con comida), de verdad que *mic drop* te aplaudimos lentamente con mucho respeto. En plena pandemia and in this economy la independencia económica es algo bien difícil de lograr.

Mitos de la vida de adulto: #2 Que tendrías el trabajo de tus sueños 

Cuando eras niño querías ser astronauta, paleontólogo o bombero. No tenías idea sobre la oferta y la demanda en el mercado laboral, sobre las expectativas sociales ni sobre el costo de la formación profesional (a eso súmale todos los factores que intervienen en que estudies una cosa y termines trabajando en algo que no tiene nada que ver). Tampoco sabías que tenías que vencer la paradoja de ser joven pero con 20 años de experiencia para convencer a los del departamento de RH en una entrevista de trabajo. En la inocencia uno pensaba en que solo llegaba al lugar que le gustaba y le decía “Quiero trabajar y ocurría la magia: ¡contratado!, con súper salario, todo estable y con prestaciones, y además feliz haciendo lo que te gusta. 

Mitos de la vida de adulto: #3 Que ibas a tener casa propia a los 25

Hasta dan ganitas de llorar, ¡cuánta inocencia había en nosotros! ¿te imaginas? tener una casa propia a los 25 hoy en día está cañón, con lo caras que están las rentas uno tiene que compartir con roomies. Está súper complicado eso de tener la casa de Barbie que siempre soñaste sin haber vendido tu alma. Ya de a perdis un terrenito para tus plantitas es una buena fantasía pa’ tu vida de adulto independiente.

Mitos de la vida de adulto: #4 Que el banco te daba dinero

¿Nunca te pasó que cuando tu madre/padre te dijo que no había dinero para algo que querías, tu respuesta fue “¿y por qué no vamos a la máquina que te da billletes?” (aka. el cajero). La pura inocencia. Ni hablar de pedir un préstamo (para tu terrenito), creer que los bancos nos van a regalar dinero por nuestra cara bonita y sin saber que casi casi hay que empeñar el alma con riesgo de perderla por la hipoteca impagable es como creer en Santa Claus. 

Mitos de la vida de adulto: #5 Que mantenerte costaría poco

Como si habláramos de un mito o de una fantasía en la que te pagan el salario justo por tu trabajo y el dinero que ganas no se va casi todo en renta y servicios. Era menos complicada la existencia cuando no entendíamos el valor de ganarse el salario y que encima de eso tendrías que pagar impuestos.


No cabe duda que la vida de adulto se veía mucho más cool cuando todavía no lo habíamos experimentado, no teníamos que preocuparnos por el presupuesto de cada mes, por que nos alcanzara para la comida o estar pensando en ahorrar para el retiro porque a nuestra generación no le tocaron muy sencillas las cosas. Pero te podemos asegurar una cosa: SÍ SE PUEDE.